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¿Están dispuestos los seguidores a pagar por consumir competiciones de esports?
A un clic. Eso es lo que separa el entretenimiento de los seguidores de los esports. No es necesario pagar para disfrutar de los esports. En la actualidad, la mayoría de las plataformas de emisión son gratuitas, aunque es cierto que cuentan con formas de micro-pagos. Las empresas que se dedican a realizar competiciones invierten grandes cantidades de dinero en mejorar la producción año tras año de sus emisiones. El fan, por su lado, demanda año tras año mejor calidad de contenido y forma.
El producto final de los esports son las competiciones, son el escaparate donde entran en juego diversos factores: publishers, responsables de ligas, equipos, jugadores, patrocinadores, etc. Todo gira en torno a la competición, el espectáculo y el entretenimiento. Pero no pueden apoyarse únicamente en los resultados de las emisiones, el mundo de los esports está activo 24/7. Junto a las emisiones de las ligas o torneos, las redes sociales son un manantial de creación de contenido y discusión hasta ahora inagotable. En estas plataformas, la posibilidad de contar historias es gigantesca pero están contaminadas por hábitos tradicionales adquiridos por los mamuts del entretenimiento.
La inserción de publicidad en las plataformas de retransmisión que se pueden eludir a través de una suscripción es una de estas medidas prehistóricas que se usan para hacer pagar al fan. Sin embargo, otras ideas como el pase de competición de Riot son una manera de gratificar el pago realizado por el fan mientras se incentiva la visualización de la competición. En resumen, el fan paga para obtener pequeñas recompensas en el juego a cambio de “comprometerse” a darle visualizaciones al publisher en según qué plataformas.
No hay que irse muy atrás para encontrarse con Henry Jenkins quien remarcó el poder de los fans como defensores y creadores de contenido de sus intereses. Los esports dejan la puerta abierta a diferentes formas de interacción con los fans. Todo el contenido coleccionable, ya sea de forma digital o de forma física motiva al fan a pagar y aumenta su fidelización con el contenido. Ir a un bar o al cine a ver una competición de esports no es algo disparatado. La comunidad es muy activa y nunca dejará de aportar valor y ayudar a crecer al sector que le da horas de entretenimiento.